Los Castigos
Un artículo de Dionisio F. Zaldívar Pérez
Extraído de http://saludparalavida.sld.cu/
El castigo es posiblemente una de las prácticas más utilizadas en el seno
de la familia. Son diversos los que se emplean como “estrategia educativa”.
Sin embargo, el uso sistemático del castigo como acción correctora principal
puede acarrear consecuencias negativas que deben evitarse.
Entendemos por castigo cualquier acción que ejecuta una persona, y que causa la
Entendemos por castigo cualquier acción que ejecuta una persona, y que causa la
aversión del que la recibe, empleado como elemento correctivo o de control con la
finalidad de eliminar una conducta o comportamiento molesto o inadecuado.
Entre los castigos más frecuentes se encuentran:
* El tiempo fuera (sacar o prohibir al sujeto permanecer en el lugar o contexto
Entre los castigos más frecuentes se encuentran:
* El tiempo fuera (sacar o prohibir al sujeto permanecer en el lugar o contexto
donde ha exhibido una conducta considerada molesta o inapropiada enviándolo
a dormir, etc.)
* El retiro de reforzadores o estímulos positivos (prohibición de ver la TV, de
* El retiro de reforzadores o estímulos positivos (prohibición de ver la TV, de
salir a jugar con los amigos, etc.)
* El castigo físico (que por supuesto no tiene nada de educativo).
Las causas más frecuentes por las cuales se castiga a un niño son:
* El castigo físico (que por supuesto no tiene nada de educativo).
Las causas más frecuentes por las cuales se castiga a un niño son:
desobedecer las órdenes o indicaciones de los adultos; actividad excesiva
del niño (hiperactividad) que resulta molesta para los adultos; rebeldía (actitud
desafiante ante los padres u otros adultos); mala comunicación padres-hijos;
irritabilidad, frustración o malestar de los padres.
Es posible que las causas que explican el uso extendido del castigo estén
Es posible que las causas que explican el uso extendido del castigo estén
relacionadas con su aparente eficacia y rapidez para controlar o detener el
comportamiento inadecuado o molesto. Sin embargo, sobran los ejemplos
de niños que a pesar de haber recibido castigo, incluso físico, por mostrar
determinados comportamientos, siguen exhibiéndolo tan pronto se presenta
la ocasión.
Diversos estudios han mostrado que los efectos supresores del castigo
Diversos estudios han mostrado que los efectos supresores del castigo
resultan momentáneos, que este no provoca el desaprendizaje del
comportamiento castigado, ni ofrece en su lugar otra alternativa más adecuada
por lo que en la primera ocasión se activa nuevamente.
El uso sistemático del castigo como acción correctora principal puede
acarrear consecuencias negativas, entre las que podemos señalar: daño a la
autoestima del niño, quien llega a desvalorizarse (baja autoestima); aparición
de estados de tensión, estrés y agresividad; déficit de atención; pérdida de
confianza en los padres; ansiedad o culpa de alguno de los miembros de
la familia; y empleo de la mentira como medio de evitar el castigo.
Como pueden observarse, si bien el castigo aparece como una “rápida
solución” a los problemas de comportamiento infantil, sus efectos no son
permanentes y por lo general provocan más daño que beneficio.
Educar requiere paciencia y poder mostrar al educando las alternativas de
Educar requiere paciencia y poder mostrar al educando las alternativas de
comportamientos más efectivos, lo que se logra en primer lugar con el propio
ejemplo de los padres, la adecuada comunicación con el niño, la exigencia
apropiada, pero siempre con amor, con el uso de argumentos directos y lógicos
que inviten al niño a reflexionar sobre las consecuencias de su comportamiento,
no solo para él, sino también en las afectaciones que pueden provocar en los demás.
El castigo físico jamás puede considerarse como una acción educativa. Por el
El castigo físico jamás puede considerarse como una acción educativa. Por el
contrario, es generador de agresividad y aprendizaje de comportamientos
violentos que serán mostrados más allá del contexto familiar, ya que pueden afectar
no sólo el comportamiento psicológico del individuo, sino también el social.
Los padres que castigan físicamente a sus hijos están contribuyendo a la reproducción
Los padres que castigan físicamente a sus hijos están contribuyendo a la reproducción
de conductas violentas en el ámbito de la sociedad e inducen al uso de la violencia
como forma de ejercer el control sobre otros.
Educar es dialogar, es persuadir, es enseñar con el ejemplo. Agote estos recursos antes
Educar es dialogar, es persuadir, es enseñar con el ejemplo. Agote estos recursos antes
de imponerles un castigo sus hijos, estos y la sociedad se lo agradecerán.